Vomito

Había una vez un pequeño limón que de tanto pasar su vida lleno de acidez, decidió encontrar la dulzura como sea, cueste lo que cueste y deje lo que deje. Sabiendo esto, evito juntarse con cualquier ser que valla por la vida siendo salado, es así como decidió su alejamiento de las papas fritas, que por mucha popularidad que le dieran, no lo hacia feliz, este cambio radical tenia que ser en verdad radical, a pesar de ser aun un inmaduro, mucho tiempo había pasado siendo apetecido por piscos y rones, licores que no eran precisamente dulces, solo eran mas amargura a su vida, sabores que lo llevaban a las mas pura acidez, momento en que a nadie le gustaba consumirlo, momentos en que caía en depresiones que no duraban una temporada. Su mejor amiga era una manzana dulcisima, fresca y muy jugosa, si bien aspiraba a ser verde, no pudo, su genética la mando a ser de las rojas. Esta humilde fruta de feria, apoyaba al limón en todo lo que este quisiera, apoyo su alejamiento de los salados, pues a pesar de ser los que la llevan, nadie podía negar lo problemáticos que eran, cuando se juntaban en exceso podían ser casi mortales, sino pregúntenle al riñón de Don José La manzana fue la primera aproximación del limón a la dulzura, pero este quiso experimentar cosas nuevas, creyó que si juntaba lo ácido y lo amargo podía ser algo mucho mas emocionante que ser completamente dulce, por eso comenzó relaciones con el apio, pero el alejamiento de este en el verano lo desanimo, necesita un amigo todo el año, no solo en temporadas. El membrillo ni siquiera lo miro, el tan solo pensar que llegara juntarse con los ácidos lo descomponía y arrugaba. Con el tomate, a veces se sentían atraídos, pero al intentar juntarse, terminaban peleando por estupideces de colores. Que tú eres muy rojo, que tú eres muy verde, totalmente incompatible. Y así el limón siempre llevo al hombro su catalogo de ácido e inmaduro, a el no le importaba, sea como sea debía buscar la dulzura, busco y busco, pero no encontró, sin embargo trataba y trataba, no se rendía, hasta que un día, juntó a los pocos amigos que tenia, y les dijo que al parecer, esta lucha ya no se podía librar en este lado de la ciudad, debía bajar, ir donde muchos no se atrevían o simplemente, no les daba la cáscara como para largarse de una vez, es así, como un día común y corriente, decidió ir por sus sueños, ir por la dulzura. Todo fue nuevo, todo desconocido, había civilización, pero su cartel de jugoso muchas veces le daba mala fama, lo miraban despectivamente, y rondaban los cuchicheos su espalda, el limón se dio cuenta que las pencas no valían mas que su nombre, por lo pronto, siguió su búsqueda sin errar el camino, mirando siempre adelante, y de cuando en cuando dando señales de vida, en su feria natal. Mucho tiempo había pasado, y su compañía no era más que el y un poco de música, a veces un par de latas le permitían mojarse y endulzarse, pero sus ideales anti- transnacionales, prontamente lo volvían desagradable, pero el camino trae penas y alegrías. Así como de vez en cuando un poroto verde le pedía jugo, y este sin regañar debía dárselo, sino… a la juguera. Un día cuando ya bajaba los brazos, una línea blanca se cruzo en su vida, prometió nunca caer en cosas malas, se negó rotundamente, pero la línea insistía, nada es lo que parece, no se convenció hasta ver a la leche condensada, en completo éxtasis frente a un par de huevones (eran unos huevos muy grande), ni la sanidad del agua pudo ante esa línea, estaba todo listo… comenzó el bacilon, la línea era la base y se engrupio primero al agua, le echo unos polvitos… de hornear y poco faltaba, mientras el limón perreaba con la leche condensada, los huevones seguían bailando merengue con unas cucharadas de azúcar sin sospechar los resultados. De a poco todo se iba poniendo mas denso, sin embargo nada importaba, el ambiente estaba caliente y eso mucho gustaba. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Cambio de pareja!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Quedo al crema, se juntaron todos y de tanta calor quedaron pegados, nuestro amigo limón se lamentaba, entre sollozos se le podía oír decir no cumplí, no cumplí, mientras de a poco, todos fueron cayendo en un trance mortal, todos quedaba en silencio y oscuridad, casi era el fin. Llego la mañana, pero no hubo tiempo para resaca, solo alegría cubrió la vida del limón, se sentía diferente y reía ante la vida, ahora era dulce, era un pie de limón, un crujiente, exquisito y por sobre todo un dulce pie de limón, el mejor del mundo y quizás el único. Nunca mas vio a sus amigos, su dulzura lo hizo inevitable para ciertos golosos, se dice que su ultimo trozo fue comido el 02 de enero, también se comenta que murió feliz, y que todo lo que paso, fue gratificante para el final que tuvo, porque fue y sera siempre dulce, porque su dulzura no fue estética, sino de corazón, aun te lloro limón.