El tema de la danza me contrapone a la encrucijada de las fiestas pagadas. Si bien es entretenido agitar el esqueleto en una disco con mucha gente alrededor, a veces también resulta ser un desastre. En especial cuando no se es un Rodrigo Díaz (¿lo recuerda? El de Rojo).
Aunque la participación es importante en este tipo de actividades, el baile y la fiesta, mi aporte queda hasta ahí. Y es que es un asunto que va muy ligado con las ganas para aprender el teje maneje del ritmo. Y así como hay ocasiones en que la pista de baile te la comes a pasos de baile, en otras eres un simple fracasado.
Pero eso era la reflexión. ¿He ido perdiendo mi talento danzarín o solo fue una desmotivación de momento? La respuesta puede cambiar el curso de mi vida. Sólo queda esperar una próxima fiesta que estoy seguro es más ahora que despues.
En aquella oportunidad, esto quiero bailar.
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4 comentarios:
¡¡¡Jjajajaja!!! Ya te veo bailando como esos ñoños...
a no peder las esperanzas, el baile y el ritmo siempre llegan a la vida, especialmente cunado se tiene una compañera con paciencia y bastante ritmo.
saludos
Yo tengo dos pies izquierdos pero cuando me place me muevo al ritmo que me toquen y disfruto, más no me caerian mal unas clasecitas.
Baila, baila que como todas las cosas se mejora con la practica.
;)
jajajajaja.. no me vai a creer pero me dieron ganas de bailar igual que tú...¡ESTE TEMÓN!
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